Dicen que hay momentos y lugares para
decir las cosas, cosas que quedan marcadas en nuestros recuerdos sin
remordimiento alguno, que definen lo que sentimos o lo que dejamos de sentir;
pero, ¿qué pasa con las frases a destiempo?, ¿a dónde van aquellos recuerdos
que salieron de nuestros labios en algún momento? pues bueno ahora lo sé, y
tengo algunas líneas, en tiempo y destiempo para contarles a donde van.
Recuerdo tantas cosas de nuestra infancia,
tantas cosas en veinte años que incluso me es difícil reconocer; veinte años es
muy poco para vivir tanto, para querer tanto, para recordar tanto; recuerdo
cuando éramos pequeños, cuando andábamos de la mano junto a una piscina por
temor a caer, cuando andábamos de la mano por las calles de muchos
pueblitos para no perdernos el uno del otro, cuando jugábamos a querernos sin
precios ni compromisos, simplemente jugábamos a querernos. Crecimos, seguimos
andando de la mano y los juegos cambiaron, jugábamos a ser profesionales, a ser
mi maestra y yo tu alumno, jugábamos a ser rokcstars con enormes públicos de
peluche, a tener una familia, discutir y luego jugar a querernos de nuevo. Crecimos
más; forjamos nuestras prioridades, jugábamos a estudiar y ser grandes, a
contarnos secretos y discutir por ellos, jugábamos a confiar. Crecimos aún más;
dejamos de andar de la mano pero no nos separamos, dejamos de jugar y empezamos
a vivir, emprendimos caminos diferentes, empezamos a tener problemas
diferentes, aprendimos a querer a personas diferentes y empezamos a ser
verdaderamente grandes. Pasaron algunos años; aprendimos a amar, abrazamos el
mundo con las manos y tocamos el cielo con la frente; nos volvimos grandes, obtuvimos
responsabilidades, nuestros sueños se
volvieron metas y las metas se volvieron hechos.
Ahora que crecimos y nos volvimos grandes,
que los juegos han cambiado; ahora que jugaras un nuevo papel en una historia
vestida de blanco y empezaras un nuevo camino; ahora veo a donde se fueron
todas las palabras y hechos a destiempo; siempre jugamos a querer ser lo que
ahora somos, siempre caminamos de la mano aunque no estuviéramos cerca el uno
del otro, siempre nos enseñamos a vivir y a soportar. Lo que fue, ahora será; crecerás
aún más junto a un hombre que te ama y al que amas, que te hará feliz y al que harás
feliz, que aprenderá y del que aprenderás; tendrán hijos que jugaran a ser
grandes, que vivirán a su propio destiempo, a los que les enseñaran y de los
que aprenderán.
Ahora siendo tú hermano no hermano, tu
eterno amigo y confidente, les deseo la mayor felicidad para que vivan la más
grande aventura que puedan imaginarse; caminando de la mano, aprendiendo el uno
del otro, jugando a ser grandes, viviendo juntos su propio destiempo, haciendo
de sus sueños metas y de sus metas hechos, simplemente viviendo para escribir
una historia de nuevos veinte años, cortos para vivir tanto, para querer tanto,
para recordar tanto.
Felicidades a los Dos.